lunes, 19 de noviembre de 2007

EL DECALOGO DE LA VIDA UNIVERSITARIA


Por
Andrés Santacoloma Santacoloma
Estudiante de Derecho
Octavo Semestre


Hace un par de días leía con agrado el artículo que escribió el Profesor Ernesto Garzón Valdez con motivo de la inauguración de la cátedra Ernesto Garzón Valdez en el ITAM, documento que fuera publicado en la Revista Isonomía Nº 9 de Octubre de 1998 y, percibía admirado, que el texto necesitaba divulgación, que su contenido debía ser conocido en todas (o al menos en el mayor numero posible de) las universidades, por los actores en todos los niveles, pero, en especial, por los profesores y estudiantes; los primeros por tener a cargo la difusión de las ideas de Universidad y, el espíritu universitario mismo; de quienes depende la pasión y el entusiasmo con que un estudiante puede tomar una clase y formarse para la vida y; los segundos, quienes deben asumir la cátedra con compromiso, con actitud y respecto, para que pueda de allí, surgir algún resultado; pues con la participación activa durante su formación es que pueden contribuir al desarrollo de nuevas teorías, pues es a ellos, a quienes les compete, como universitarios, en sabias palabras de Rafael Gutiérrez Girardot, servir al mejoramiento y adelanto de la sociedad. Es por ello que, no contando con su expresa autorización pero, no queriendo hacer otra cosa que generar conciencia en la Universidad, he querido repetir los “Diez Mandamientos para la vida universitaria” de E.G. Valdez, dándoles un sentido y desarrollo acorde con lo que he tenido la oportunidad de vivir al interior de mi alma mater. Espero pues, que estas palabras sean de interés, sino para todos, por lo menos para unos cuantos y, lograr con ello, que los participes se comprometan en la formación de futuros profesionales que trabajen por conseguir el objetivo que planteó Rafael Gutiérrez Girardot.

1. No confundir profundidad con oscuridad.

No es de extrañar que, conociendo Garzón Valdez las cátedras latinoamericanas, empezara por este punto. Es una realidad, aunque un poco desconcertante, que muchas veces la necesidad de profundidad de un tema, lleva a los docentes, e inclusive a los tratadistas, a ser un poco difíciles de abordar y comprender cuando presentan sus teorías, pues se tiene la concepción errada que en la presentación de términos complejos se puede mostrar la complejidad de un trabajo. Es necesario que la persona que busca llegar a un auditorio con la presentación de un discurso, sea coherente. La falta de una estructura clara puede llevar a equívocos e, inclusive, al desinterés de quien esta siendo receptor de ese discurso, aun siendo este un participe activo y conociendo el tema.

Acertadamente cita Garzón Valdez a Bernard Williams para dejar claro que el pensamiento científico en general pretende, en resumidas cuentas: “…dar razones y exponer argumentos que puedan ser seguidos y considerados…”. Anota, además, que no existe ninguna relación entre la claridad para hacer una exposición o presentación de un discurso y la trivialidad del mismo.

2. No ceder a la tentación de formular profecías en las ciencias sociales y políticas.

Para entrar a estudiar las ciencias sociales y políticas, pueden establecerse una serie de prerrequisitos para buscar un buen resultado con funcionamiento de las instituciones con las cuales se va a desarrollar esa labor. Pero esas instituciones son solo circunstanciales. No es indispensable que se creen y, además, no permanecen estáticas. En palabras de Garzón Valdez: “Lo único que es posible es formular condiciones necesarias para la aparición de un fenómeno determinado pero, no las condiciones suficientes.”.

Las instituciones no permanecen estáticas y, por ello, es necesario crear una conciencia de escepticismo sano, de sospecha y de revisión en el estudiante y en toda la comunidad universitaria.

3. No sucumbir a la tentación de la retórica.

Es costumbre de algunos, subsumir la presentación clara de las ideas a un discurso emocional dado por las palabras. Las palabras pueden a veces no presentar de manera correcta lo que se busca presentar, cuando estas van cargadas de sentimentalismos.

En la Universidad no se busca persuadir de algo a alguien, la pretensión debe ser necesariamente otra: mostrar un camino para que quien lo esta mirando desde fuera, desde un punto de vista de observador para utilizar la expresión Hartiana, decida seguirlo o no. No puede el profesor, por su autoridad, imponer una convicción pero, además, no puede el estudiante atacar o dudar de una presentación de una teoría, sin un conocimiento previo de causa. No se puede detectar entonces el error retórico, cuando no se ha efectuado previamente una evaluación del tema a tratar. Es por ello, que para conseguir la aplicación de estos mandamientos la interacción del estudiante en el desarrollo de los módulos ha de ser cada vez mayor, permitiendo el profesor la polémica académica responsable y respetuosa.

La retórica y su idea de persuadir, no tiene por lo anterior, cabida en la cátedra universitaria.

4. No creer en la fecundidad de las tautologías ni en el carácter inofensivo de las contradicciones.

No creer, pues la primera peca por exceso y la segunda por defecto. Se ha visto en el desarrollo de las ciencias sociales, que no todo conocimiento puede circunscribirse al campo de la verdad y que, las contradicciones, no son la mejor fuente de desarrollo cognitivo. Por ello, como bien anota Garzón Valdez, “…ninguna de ellas puede contribuir a la claridad científica”

5. No utilizar la cátedra para la indoctrización.

No es de extrañar, que algunas personas tiendan a mostrar sus conocimientos como verdaderos universales, como elementos dotados de validez absoluta. Y esto puede percibirlo, quien conoce los temas que se tratan en el desarrollo de la cátedra. ¿Cómo se detectan este tipo de errores? Cuando la persona que esgrime el argumento apela a sus propias razones u opiniones para convalidar sus primeras apreciaciones. Es algo que puede hacer quien no conoce algún tema y, pretende abordarlo con profundidad o quien, conociendo el tema, no se abre a las eventuales transformaciones que puede sufrir el mismo. Es una especie de fanatismo, que muestra la evidente falta de compromiso con la academia.

6. No cultivar el dogmatismo.

Bien decía Rafael Gutiérrez Girardot que el saber que no se pone en tela de juicio se convierte en dogma y el dogma, petrifica el saber, lo esteriliza. Después de tan sabias palabras lo que hay que preguntarse es ¿Qué hacemos los estudiantes con los profesores que tienen dogmas arraigados? y ¿Qué hacen los profesores por superar sus propios dogmas?

Hace unos días tenia la oportunidad de conversar con algunos profesores que un poco desconcertados, me contaban que los estudiantes no tienen ninguna preocupación por contribuir al desarrollo de las cátedras. No puedo olvidar las palabras de alguien que se ha vuelto un buen amigo mio que me decía algo como que la universidad y el conocimiento que en ella se adquiere sirve para dominar, pero acá en esta universidad, los estudiantes parecen no entender ese sentido y, se dejan dominar de postulados de los cuales no conocen ni el origen.

Seguir asistiendo a las clases, sin tener nada nuevo que presentar ni debatir (no con presentaciones meramente retóricas) es contribuir con una sociedad inmovilista, una sociedad, en palabras del mismo Gutiérrez Girardot, intelectualmente improductiva o simplemente receptiva, que en últimas, termina por favorecer, junto con la dependencia económica, al subdesarrollo de un país

Aunque vale decir ante todo, que para poder hacer uso de un sentido crítico hay que, no solo conocer el tema, sino tener la capacidad de desarrollar una autocrítica de los planteamientos que se presentan.

7. No hacer uso autoritario de la cátedra.

En este punto es indispensable repetir las palabras del profesor Ernesto Garzón Valdez: “Nada más fácil que utilizar la cátedra como medio para el ejercicio arbitrario del poder y nada más peligroso que lesionar la autonomía de los jóvenes causándoles daños irreparables para el resto de sus vidas.”

El respeto, la autoridad, la confianza, deben existir en las aulas de clase. Pero la solemnidad y el gesto difícil no son sinónimo de ello. No es el temor la vía expedita para conseguir el respeto, ni en una cátedra ni en cualquier otra forma de relación interpersonal. Una clase agradable, con un toque de humor, puede llegar a ser la herramienta idónea para conseguir la atención, respeto y dedicación de los estudiantes en la materia; sin que pueda igualmente, volverse este el único ingrediente de la cátedra. La distancia que impone un docente, como “portador del saber” puede llegar a generar incomodidades y desavenencias.

Bien termina E.G. Valdez, como de costumbre con una cita, esta vez de David Hume, que ilustra la situación: “…si he de ser loco, como ciertamente lo son todos aquellos que razonan o creen razonar, mi locura tiene que ser por lo menos natural y agradable…”.

8. No creer en el principio según el cual todo da lo mismo.

Es costumbre, desde que se habla de posmodernidad, pensar que es posible todo, que todo vale para todo, que depende de la forma en que cada persona ve la vida que vive. Nada más errado que esto. Las formas para estudiar las ciencias no son, ni pueden ser, inconmensurables. Si no hay patrón para el desarrollo, entonces ¿para que crear cada una de las ciencias con un camino específico? Esta bien que en una cátedra universitaria se de una eventual especulación sobre algún tema, pero la cátedra en si misma no es ni puede ser especulación. La variedad no es sinónimo de ausencia de jerarquía o estructura.

9. Relativizar los valores hasta tal punto que, al final, solo quede el solipsismo.

En una Universidad puede no ser aceptable un absolutismo ético pero, tampoco es aceptable sin más, un relativismo radical. No es posible que se desconozcan todas las condiciones morales de la persona. Y esa moralidad no tiene necesariamente que ver con la concepción religiosa sino, como anota Garzón Valdez, puede ser producto de un moderado objetivismo que permite evidenciar que existen una serie de condiciones, que pueden ser propias en si mismas de la persona, como la dignidad o la autonomía. De no ser así, estas concepciones llevarían a concluir que nada existe fuera del pensamiento individual y solo existe el individuo.

10. No creer en el carácter nacional de la ciencia.

La ciencia no es regional, el conocimiento debe tener una tendencia universal. Es por ello, que las asignaturas no pueden limitarse a la explicación o presentación de una forma de la realidad, algo como un agnosticismo académico en cada facultad de cada universidad. La idea de la formación universitaria es la posibilidad de conocer y de mostrar los conocimientos en forma globalizada. Entender así las cátedras, es abrir la posibilidad al intercambio académico internacional en la Universidad.

Al terminar estas reflexiones, al igual que lo hace en su artículo Ernesto Garzón Valdez, es necesario relacionar todos los yerros que se cometen a diario en la academia. Nos dejamos envolver por las herramientas retóricas, en la cátedra suele presentarse la indoctrización, eventualmente, se llega a algún uso arbitrario de la misma, hay ausencia de un espíritu de compromiso del estudiante, no existe un sentido crítico y muchísimo menos uno autocrítico, la responsabilidad con el estudio ha desaparecido casi por completo.

Hay que afrontar todos esos errores y derrotarlos, en aras de conseguir que tanto estudiantes y docentes de la Universidad busquen el crecimiento progresivo del interés en las clases y, en las actividades derivadas de las mismas.

Todos hemos tenido deficiencias frente a cualquiera de las anteriores “reglas” de conducta universitaria, pero, lo que es realmente importante, es tratar de revisarlas, para conseguir que el ambiente universitario logre su objetivo, que no es otro, que lograr la conformación de un centro de producción intelectual que contribuya con el progreso del país y que evite la producción de profesionales en serie que salen al mercado laboral buscando únicamente la satisfacción de las necesidades que les genera la sociedad de consumo..



REFERENCIAS.


· GARZÓN Valdez, Ernesto, Diez mandamientos para la vía universitaria, ISONOMÍA Nº 9, Octubre de 1998, pp. 49 – 57.


· GUTIERREZ Girardot, Rafael, Sobre el sentido del estudio universitario en: Hispanoamérica: imágenes y perspectivas, Bogotá, TEMIS, 1989, pp. 276 – 283.


· GUTIERREZ Girardot, Rafael, Universidad y Sociedad en: Hispanoamérica: imágenes y perspectivas, Bogotá, TEMIS, 1989, pp. 276 – 283.

REFLEXIONANDO: CÓMO SER ABOGADO SIN ABOGAR……………………


Ramiro Alfaro Valero
Estudiante de Derecho
Doce semestre
Representante abogador

Es casi increíble que en una facultad de derecho, la más grande en número de estudiantes inscritos con que cuenta el país, resulte tan difícil encontrar personas que quieran hacer y hagan algo por los demás, o que hagan algo por si mismos que los beneficie, o algo para si mismos que beneficie a los demás, pero todavía es más increíble apreciar que los elegidos, por ser líderes supongo, queriendo figurar, por conveniencia ante sus docentes, porque nadie más se propuso y tocó, o porque efectivamente quieren hacer por los demás, pasen inadvertidos y no cuenten con la exigencia y respaldo de sus compañeros a tan loable labor, representarlos…………..

¿En dónde está la esperanza de justicia y equidad social que un país aguarda de sus futuros profesionales y mas de sus futuros abogados? anhelo éste de hombres y mujeres que se preparan para ser mejores y que en el esfuerzo personal se olvidan que todo es más fácil juntos y que en la individualidad que los lleva al egoísmo, no van a encontrar su tan disputado bienestar. ¿Cómo lograrlo si el que esta a su lado no lo tiene?

Cómo siendo tan fácil ostentar beneficios comunes los desechamos por creer que es mejor ausentarnos de nuestras responsabilidades sociales, nos cuesta hacer uso de nuestros propios derechos, cómo vamos a defender los de los demás. Solo es una reflexión…………….

Si, una reflexión testaruda que me hace pensar que se nos olvido jugar, que perdimos la alegría, que en el afán de salir adelante, por andar solos nos estamos quedando atrás, que ya no sabemos que queremos ser cuando grandes, que dejamos de compartir, que creemos que individualmente vamos a conseguirlo todo, que dejamos de reconocer a los demás y que el liderazgo en Colombia esta en el borde de lo utópico.

¿Cómo no hacer algo por los demás siendo abogado? ¿Será que el abogado es un líder por naturaleza? ¿Cómo siendo líderes no reconocemos y apoyamos el liderazgo de los que nos representan? ¿Cómo pretender trabajar por el bienestar de los demás si nunca lo hicimos por el nuestro? Basta de reflexiones testarudas.

Simplemente tengamos presente…………. como ser abogado sin abogar.

Tan grandes y creíamos que la Universidad tendría que darnos todo, espero que no creamos que la sociedad, el Estado o el gobierno también tengan que darnos todo cuando seamos titulados, y yo ahí sin dar nada y en muchos casos ni para mi mismo.

ACASO SENTIRÉ NOSTALGIA, acaso dejé mi alma, acaso entregué mi corazón, acaso me enamoré, acaso dejo algo de mi, en ésta mi querida universidad.

Como pasan los tiempos, dejamos de jugar y dejamos de enamorarnos, perdimos el placer de hacer las cosas, por los amigos, solo el amor por el colegio es un buen recuerdo para algunos y seguramente el paso por la Universidad no será relevante sino cuando se trate de chicanear con el título, pero que triste será no recordar con agrado nuestro curso, hablar solo de compañeros porque no fuimos capaces de ser ni de hacer amigos, que decir de nuestro compromiso y amor por nuestra universidad, de todo lo que no dimos y por su puesto no recibimos.

¡DECIDETE A SER EMPRESARIO!



Por
María Elena Gómez J.
Estudiante de Derecho
Once semestre


El ejercicio físico adecuado incrementa tus oportunidades de salud y el ejercicio mental adecuado incrementa tus oportunidades de riqueza. Pero si te dejas llevar por la pereza, ella reduce tanto la salud como la riqueza. Tal vez no sea un muy buen comienzo para un artículo que pretende hacer llegar al lector una inquietud que propende por su bienestar y futuro; se trata simplemente de despertar al repetido consejo simple de nuestros padres y ancestros: “Estudia duro para que cuando termines la universidad encuentres una buena compañía para trabajar”.

El anterior consejo ya se puede decir que no aplica a nuestra realidad porque después de recorrer un largo camino preparándote, te das cuenta que afuera la vida es otra. Tienes que empezar por hacer una época de práctica – muchas veces gratis – y otras veces mal remunerada que no alcanza a cubrir el mínimo de gastos tanto personales como familiares. Entonces y en principio, te dejas “explotar” a fin de adquirir la tan anhelada experiencia. Pero si ya estás trabajando en una empresa y adelantando estudios al mismo tiempo, te percatas que no estás en un área en la cual puedas poner en práctica los conocimientos que estás adquiriendo con tu estudio y que las posibilidades para que puedas ingresar a ella, ascender dentro de la empresa y llegar a ocupar un alto cargo se hacen sino imposibles, por lo menos si muy remotas. ¿Has pensado que hacer para ocupar el puesto de tu jefe y ganar sus mismos ingresos?

Bogotá es una ciudad muy extensa y da grandes oportunidades de trabajo, los periódicos y la Internet te permiten ver cuantas vacantes existen en las diferentes empresas siempre y cuando, cumplas con los requisitos y tu perfil se ajuste al cargo señalado; además deberás cumplir horarios (siempre sabemos cuál es la hora de entrada pero nunca cual es la de salida); harás parte de los empleados de manejo y confianza y por lo tanto, tu salario cubrirá tus horas extras, dominicales y festivos laborados y no se tendrá en cuenta si se te ocurre llevarte el trabajo a casa. Como si fuera poco lo anterior serás un subalterno - aunque tengas una posición alta en la empresa - y si estás de suerte, solo tendrás que servirle y atender a un jefe. Para cuando yo laboraba para el sistema tradicional, siempre tuve muchos jefes a cargo y a todos tenía que correrles de la misma forma en el mismo tiempo. Lo triste del caso es que por más duro que trabajara, mi sueldo siempre era igual y para colmos, no me alcanzaba.

Afortunadamente y por cosas del destino, hace un año me quedé sin trabajo y aunque en principio no fue fácil asimilar esa nueva situación que por demás hace sentir inseguro el presente y el futuro, con todo lo que ello acarrea, empecé por tomar un respiro y empezar a pensar, analizar y desarrollar mis habilidades y empecé a capacitarme para hallar la manera de ser rica, porque el que es pobre no lo es debido a la cantidad de dinero que gana, sino debido a sus ideas y acciones. Recuerda que las personas realmente dan forma a su vida por medio de sus pensamientos; por lo tanto, decidí empezar a capacitarme y desarrollar esas habilidades que me permitieran la oportunidad de tener mi propio negocio. En medio de ese proceso, leí “Padre Rico, Padre Pobre” de Robert T. Kiyosaki; en su libro expresa lo siguiente y te traigo a colación solo algunos apartes: “…. La mayoría (de las personas) pasará los mejores años de sus vidas trabajando por dinero, sin comprender realmente porqué trabajan…., la mayoría de la gente cuando gana más dinero, solo se endeuda más….. es el miedo lo que hace que la mayoría de la gente trabaje en un empleo. El miedo a no poder pagar sus cuentas. El miedo a ser despedidos. El miedo a no tener suficiente dinero. El miedo a comenzar de nuevo. Ese es el precio de estudiar para aprender una profesión u oficio, y luego trabajar por dinero. La mayoría de la gente se convierte en esclavo del dinero, y luego se enojan con su jefe….. Ellos trabajan muy duro a cambio de poco dinero, se aferran a la ilusión de la seguridad en el empleo, esperan con ilusión sus tres semanas de vacaciones cada año y una miserable pensión tras 45 años de trabajo…..”. Lo anterior me dejó ver claramente que eso es lo que nos da el plan certero para el cual estamos trabajando, muchos de nosotros no percibimos la trampa en que nos encontramos.

Lo anterior es solo si estás trabajando, pero si te encuentras desempleado puede parecer que resulta para ti mucho más difícil porque no tienes la experiencia ó si la tienes, puedes estar sobre calificado para el cargo que anhelas o que por lo menos aspiras a ser contratado. Tienes empapelada toda la ciudad con tus hojas de vida; aspiras a tener un buen sueldo y muchas veces no te importa y hasta te atreves a decir “me le mido a lo que sea, ¡lo que necesito es trabajar!” Y lo más sorprendente es que lo consigues. Sin embargo, cuando llevas un buen tiempo en tu trabajo te das cuenta que la empresa no es tan buena, que los más egoístas, traidores y montadores compañeros te tocaron a ti; que el sueldo no compensa todo tu esfuerzo por la cantidad de trabajo asignado a tu cargo y encima de todo, no te alcanza. Allí empiezas a pensar y soñar con tener tu propio negocio, con trabajar para lo tuyo y ser independiente; ser tu propio jefe y manejar tu horario; aunque para muchos se quede en tan solo un sueño; para otros, es más factible y buscan la manera de hacerlo realidad.

Estas personas que se deciden a hacerlo deben contar con las cinco cualidades de las personas que poseen confianza y poder de decisión y acción: autoestima, visión, propósito, compromiso y contribución. Veamos en forma breve cada una de ellas:

Con la autoestima nos valoramos realmente, sentimos el absoluto respeto por nosotros mismos y tenemos un sentido de dignidad: Lograr la autoestima no es necesariamente fácil pero con voluntad de hacer cambios positivos, podemos adquirir la habilidad y la sabiduría de ser más felices con una vida exitosa. La visión nos ayuda a crear nuestro futuro. Las personas con visión pueden traspasar los muros de la conformidad y de la resistencia con sus sueños y estableciendo sus ideales traspasando todo porque su visión los impulsa a moverse hacia delante y enfrentar el miedo. El propósito es lo que necesitamos para sentir que estamos vivos; es la respuesta a lo que hace valiosa la existencia. El compromiso hecho de corazón a sí mismo, es combustible que alimenta a las personas con confianza, energía y determinación y por último, la contribución es la clave del éxito en cualquier negocio; es el legado y la prueba que estuvimos acá y que nuestra vida no pasó en vano. Ser útiles y contribuir a la creación de un mundo más pacífico y productivo nos permite vivir felices y satisfechos.

En mi caso en particular, decidí convertirme en empresario independiente. Mi actividad la realizo desde mi casa, sin jefes y sin horarios. Lo único que pongo de mí cada mañana es autodisciplina, actitud y soy enseñable; me levanto con la fuerza del rinoceronte y lucho por la meta que me he trazado. Comparto más tiempo con mi familia porque mi propósito es buscar y lograr un estilo de vida diferente y el bienestar de las personas que me rodean.

Adelante pues, no te dejes amedrentar por la situación del país, de la economía, del desempleo, de lo que la gente dice. Piensa que con ser empresario te comprometes a trabajar en equipo y para el equipo y lograrás más en tu existencia a través de la vida empresarial. Por todo lo anterior, estudia duro, sigue estudiando para que encuentres una buena compañía que comprar y tengas la posibilidad de generar trabajo.

Estado Social de Derecho -una responsabilidad de todos-

Por
Slin Harry Arias Durán
Estudiante de Derecho
Doce semestre

Escuchamos todos los días en el discurso político-legal la maximización de las bondades de este término (Estado Social de Derecho) pero hasta el día de hoy, no entendía las necesidades del espíritu y en especial de la juventud. Al escuchar y parafrasear la letra de una canción. “sé que en tu vida hay dolor que las cosas van de mal en peor, lo que te hace mejor es luchar por la fuerza del amor.” de un tal Doctor Krapula, aprehendí un concepto que hasta hace muy poco tiempo, como ciudadano, cristiano- católico, no practicaba.

Por eso es que desde el 02 de Mayo de 2007 emprendí junto con mi esposa y con mi hija de 12 años, un proyecto de vida, el cual quiero compartir con ustedes en estas pocas líneas.

FUNDACIÓN INTEGRAL DE PROFESIONALES

¿Otra Fundación? Espero que la primera idea y sin temor a decepcionarme sea esa. Si otra fundación, es cierto la noción esta revaluada como tantos conceptos. Lo que espero que no este revaluado el fin, esto es la misericordia y la justicia.

Hay algunas expresiones que hace algunos años me marcaron la vida “busca el reino de Dios y su justicia y todo será añadidura” “si quieres ser perfecto, vende todo, dáselo a los pobres y sígueme” “siembra con generosidad y recoge con generosidad” y otras tantas que serian interminables ya que son principios que a pesar de estar aparentemente mandados a recoger siguen siendo premisas que he tenido la oportunidad y el privilegio de conocer de cerca porque definitivamente hay muchas personas que se esfuerzan por nobles ideales.

Volviendo un poco al tema, es necesario, explicar el por que llegué a este estado. Siendo aún un adolescente “gerenciaba” la oficina de un hermano abogado, allí era “soyla” soy el que lavo, soy el de los tintos, soy el dependiente, soy el mensajero, y definitivamente no soy el gerente. Allí aprendí las labores arduas de muchos de mis compañeros dependientes que esperan la oportunidad de graduarse y salir al mercado a emplearse o a lo máximo a abrir oficina de abogado con sociedad, en donde espero no tener que terminar, esto es -y con el respeto que algunos colegas me merecen- ejerciendo la profesión desde la cafetería de al lado de los dichosos juzgados; no me mal interpreten, ésta experiencia hay que tenerla por que es allí en la baranda de los mismos, en donde se pierden una gran cantidad de procesos. Así pase desde el año 1988 por los juzgados y edificios más recónditos de la ciudad, peleando con los atentados terroristas de esa época.

En el año 1997 cerré ese capitulo y me volví a emplear en una entidad Financiera, con algunas mejoras económicas y sociales, pero en la misma locura desenfrenada del afán por el horario, de caerle bien al jefe, etc., es otro capitulo que dejo felicidad, pero también experiencias y decepciones.

Al constituir la Fundación con mis pocos conocimientos de derecho y con un millón de pesos que doné en equipos de oficina, ah y algunas relaciones, empezamos a realizar alianzas estratégicas con profesionales de alto nivel, médicos, odontólogos, abogados, ingenieros, arquitectos, compañías internacionales, etc, y los convencimos de que el discurso del Estado Social de Derecho no solo le compete al Estado, si no que es hora de que la sociedad civil y especialmente los profesionales dejemos de estar aislados como ruedas sueltas y nos comprometamos con el futuro de éste país.

Empezamos con tres profesionales, y ahora ya somos mas de 30, comprometidos con un proyecto de vida pero siendo entidad sin animo de lucro, no somos una entidad con animo de quiebra, el proyecto es para nosotros, pero también para aquellos que no han tenido la oportunidad de pisar las instalaciones de un colegio digno y mucho menos de una institución universitaria.

Aquí es donde les llamo la atención a los lectores y críticos, es hora de que como colombianos, y como estudiantes Católicos empecemos a soñar en grande, por que es muy fácil y generoso constituir empresa con 500 o 1000 millones y salir en las revistas especializadas señalándonos como los empresarios del mes. En esto es que los economistas me deben corregir e indicar si me equivoco y es que ésta ciencia es donde se administra la escasez.

Por ello y comprometido con mi país y con mi universidad es que convoco a los futuros profesionales a que se vinculen con un proyecto de vida, no les voy a decir cual, solamente tienen que pensar en cuales son sus sueños porque éstos dejan la mayor cantidad de satisfacciones.

Ahora bien aquí esta mi sueño, lo presento para que aquellos que lo quieran compartir sean bienvenidos, por que lo digo con orgullo este proyecto no es mío, yo solo soy un humilde trabajador que quiere mejorar su calidad de vida y la de las personas que efectivamente están olvidadas por el olvido.